Las patologías hematológicas pueden tener un carácter neoplásico, como es el caso de la leucemia linfoblástica aguda, que hoy es posible tratar gracias a terapias inmunológicas, o el mieloma múltiple, caracterizado por la proliferación descontrolada de células plasmáticas. También existen enfermedades hematológicas no neoplásicas, como la trombocitopenia inmune primaria, una patología rara relacionada.